A nadie le gustan las sorpresas a la hora de obtener el cálculo final de las obligaciones del año fiscal en su declaración. Sin embargo, encontrarse con montos imprevistos es una experiencia más común de lo que nos imaginamos. Esto se debe, en parte, a las complejidades técnicas contables y fiscales para determinar con exactitud las obligaciones tributarias de nuestras empresas.
Para evitar sorpresas y llevar a cabo nuestra declaración de manera exitosa, los expertos de Clara, la solución más completa de gestión de gasto corporativo para empresas en Latinoamérica y TaxSat, firma de tecnología especialista en impuestos e inversiones, nos comparten 5 tips básicos que todo emprendedor debe tomar en cuenta:
1. Cosechas lo que siembras
El resultado de nuestra declaración anual se va construyendo con los insumos contables de todos los días. Es decir, mantener una contabilidad aseada y que descanse sobre bases técnicas razonables, es probablemente la mejor manera de evitar sorpresas, y obtener un resultado fiscal que sea simplemente un renglón más en tu presupuesto anual.
Antes de entrar en materia fiscal, asegúrate de contar con un cierre contable que refleje la situación financiera de tu empresa de manera puntual y sustentada con evidencias. Por ejemplo; el saldo de bancos que se refleje en tu contabilidad debe estar conciliado y sustentado con estados de cuenta, los saldos de clientes y deudores deben ser recuperables, las inversiones en activos fijos deben presentar el remanente de vida útil con integraciones detalladas, las obligaciones deben reflejar la deuda real en la fecha de corte, etc.
2. Prepara tu integración de ingresos (no es igual a tus ganancias)
Es común confundir los conceptos de ingreso y ganancia en el ámbito fiscal, pero es importante entender la diferencia: un ingreso es cualquier cosa que incrementa el patrimonio de nuestra entidad, mientras que la ganancia es el resultado de restar tus gastos a tus ingresos.
Dicho esto, para calcular el ingreso fiscal, es importante que distingamos los diferentes tipos de ingresos reportados, por ejemplo: ingresos facturados, ingresos cobrados no facturados, ingresos devengados (servicios prestados, pero no cobrados ni no facturados), Ingresos por anticipos e Ingresos cobrados de ejercicios anteriores (estos no deben acumularse fiscalmente).
Teniendo correctamente clasificados nuestros ingresos, será mucho más sencillo realizar las operaciones fiscales correspondientes a cada uno.
3. No todos los gastos son deducibles
Para hacer deducible un gasto hay que cumplir con ciertos requisitos. Te explicamos algunos de los más importantes:
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Solicita comprobante fiscal en todas tus compras y/o servicios consumidos. (Revisa el RFC, método de pago, concepto y el correcto desglose de cantidades e impuestos relacionados).
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Identifica los pagos realizados y facturas pendientes de pago a personas físicas, sociedades y asociaciones civiles.
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Sólo deduce gastos indispensables. Para que un gasto sea deducible, debe ser “estrictamente indispensable” para los fines de la actividad del contribuyente. Si intentas deducir gastos no necesarios, podrías incurrir en una falta administrativa.
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No todo el gasto en nóminas y pago de contribuciones de seguridad social es deducible, se deben cuidar aspectos técnicos como los sueldos y salarios exentos. Por ejemplo, las prestaciones pagadas vía nómina que por propia disposición sean ingresos exentos para el trabajador, son deducibles para la empresa en un 47%; aunque pueden llegar al 53% si este tipo de pagos aumentan o se mantienen respecto del año anterior en conceptos como:
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Vales de despensa.
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Aguinaldo en la parte que no exceda la exención de ley.
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Fondo de ahorro.
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PTU en la parte que no exceda la exención de ley.
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Prima vacacional.
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Rendimientos de cajas de ahorro.
4. Tus inversiones en activos fijos también cuentan
Puedes deducir un porcentaje del valor de tu inversión realizada en activos fijos anualmente, considerando los porcentajes máximos de la ley del ISR. Esta legislación también nos permite sumar la inflación al valor de compra de nuestro activo.
Para saber qué INPC (Índice Nacional de Precios al Consumidor) utilizar al momento de realizar la actualización de los montos que aplicaremos como deducción fiscal, debemos usar los INPC que correspondan a la fecha de adquisición del activo (inversión) que estamos depreciando, y el INPC correspondiente al último mes de la primera mitad en que este activo (inversión) haya sido utilizado en el ejercicio.
5. Revisa tus créditos y deudas al cierre de cada mes
Otra obligación importante es reportar nuestros créditos y deudas. La Declaración Anual nos requiere “acumular o disminuir” el efecto inflacionario que se generó derivado de tener créditos o deudas en el numerario. Parece básico, pero este es uno de los puntos de mayor incidencia al momento de una revisión por parte de la autoridad fiscal.
Para el cálculo correcto de deudas y créditos, se utilizan únicamente los saldos del último día de cada mes del ejercicio. No olvides que los créditos y deudas en moneda extranjera se valúan al tipo de cambio del primer día de cada mes.
Tomando en cuenta estos tips, puedes asegurarte de evitar las principales contingencias fiscales al momento de presentar tu declaración anual como persona moral. Un emprendedor responsable debe comprender las nociones básicas de contabilidad e impuestos a los que su empresa está obligada, por el bien de su empresa y de todos sus colaboradores. ¡No te automediques! Existen muchas más consideraciones técnicas que pueden resultar importantes dependiendo de tu tipo de operación. Asegúrate de consultar con tu experto contable, y de apoyarte en tecnología para eficientar tus procesos contables y fiscales.
Recuerda que el plazo para presentar nuestra declaración anual como personas morales vence el 31 de marzo del año en curso.